Dentro de la amplia gama de
programas utilizados para el calculo de estructuras se distinguen dos grandes
grupos:
-
Los programas que realizan un
cálculo mediante elementos finitos.
-
Los programas que realizan el
cálculo mediante el empleo del método matricial.
Este artículo no tiene como
fin indagar en la metodología o descripción de los diferentes procesos de
cálculo de cada tipo. Esta enfocado simplemente a posicionarme en cuanto a
ciertas “verdades” que circulan por el sector.
Una de las ideas arraigadas
en el sector se basa en el concepto de “caja negra”, achacada a los programas
de cálculo matricial. Esto lo que viene a decir es que el calculista de
estructuras o proyectista introduce una geometría y unas cargas, le da al botón
de calcular y la caja negra da la solución. Se imprimen los planos y acabado.
Todo este proceso puede ocasionar graves errores.
Esta visión del método de
trabajo a mi modo de ver considera al técnico básicamente un inútil
irresponsable, por varias razones:
-
Se considera que el técnico no
revisa los diferentes factores implicados previo al cálculo:
o Hipótesis.
o Combinaciones.
o Limites ajustados a la norma correspondiente.
o Parámetros de dimensionado.
o Etc...
-
Se considera que el
profesional carece de capacidad critica ante los resultados y el proceso.
En cuanto al empleo de
programas de elementos finitos, siempre los grandes defensores de estos
métodos, argumentan que solo con un alto nivel de conocimientos y una capacidad
critica de los resultados se puede emplear con solvencia. Este argumento es del
todo cierto, sin duda alguna se requieren esas cualidades.
Lo que yo considero es que
esas cualidades son necesarias para la realización del trabajo de una manera
adecuada y correcta, se emplee el método y programa que se emplee.
En definitiva la validez de
los cálculos realizados no están limitadas por el empleo de los programas, sino
por las capacidades de los profesionales.
Un buen profesional del
sector que sea, tras analizar el problema planteado, selecciona las
herramientas mas adecuadas (al caso que le ocupa y a sus conocimientos de las
diferentes herramientas), genera un modelo o varios ajustado lo mas posible a
la realidad y a la normativa, obtiene los resultados del cálculo y con una visión
autocrítica los analiza (frente al comportamiento teórico, y considerando los
puntos débiles del programa empleado) corrige posibles errores y plantea la
solución.
El uso de un programa sea el
que sea, ni desprestigia ni ensalza. Únicamente la realización del trabajo de
una manera correcta y eficiente permite al profesional considerarse como tal.
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